No hubo felicitaciones, no hubo sonrisas, ni siquiera un destello de orgullo noté en sus ojos. Pero algo crecía en mi y cubría cada fibra de mi cuerpo. Y se sentía bien.Esa mañana resolver el problema me entregó mas que una solución, la "x" dejo de ser una incógnita para pasar a ser parte de mi. De un nuevo yo, uno al que ya no le asustaban los enmarañados problemas de la vida (o las ecuaciones simples...).



Jaja muy ingenioso ! Buena analogía! Saludos
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